Para un ciudadano común debe haber pocas cosas más desagradables que leer y tratar de entender un cuerpo legal. Sin embargo, los que se nos obliga a elegir es una u otra Constitución y tratar de adivinar sus efectos a corto, mediano y largo plazo. No solo en un escenario en que los 3 Poderes del Estado funcionen con relativa normalidad/mediocridad, sino que también, predecir situaciones límite y de cualquier índole.
Lamentablemente, los políticos en las franjas y discursos, insisten en darnos a elegir entre aprobar o desaprobar a este gobierno, seguridad o delincuencia, trabajo o cesantía, salud o enfermedad, prosperidad o decadencia, los míos o los contrarios.
Son muy pocos los que se dan la lata de tomar el camino largo de la lectura, investigación y análisis. En especial cuando hay tanta variable que ponderar y cuando ambos textos tienen cosas buenas y fallas no siempre evidentes.
Espero que cada cual tomemos nuestra decisión por las razones de fondo y no por seguir a la manada o por el eslogan o la franja más simpática.