Está claro que se ahorraron el plebiscito obligatorio de entrada porque el fracaso habría sido doblemente humillante. Las encuestas demuestran de manera clara que el fetiche constitucional es una fantasía sexual solo de la élite política, y que la gente ya se aburrió del tema, o al menos no lo quiere discutir ahora, cuando hay verdaderas urgencias y crisis en curso, como la seguridad y la economía.
Haber sacado adelante esta cocina con semejante displicencia hacia el pueblo, que se pronunció soberanamente en septiembre, es grave. No hay un solo pronunciamiento de la nación en el sentido de querer iniciar un nuevo proceso constituyente, NI UNO, y el argumento del 80% en el plebiscito de entrada anterior es simplemente... absurdo, no resiste mayor análisis, no se sostiene jurídica ni siquiera lógicamente.
El Congreso nos metió el mansonique pico en el ojo en esta pasada. Yo diría que raya en la ilegalidad/inconstitucionalidad.
con ese acuerdo el senado se aseguró su existencia.
no me queda claro si aun tenemos opción que nos volvamos república parlamentaria
Si hay algo que demuestran los últimos tres años es que no necesitas un régimen parlamentario consagrado a nivel constitucional para que el Congreso tenga la sartén por el mango. Pero está claro que esa será la prioridad número uno de esta manga de sátrapas: arreglarse los bigotes y aumentar sus cuotas de poder.
Esgrimir que en 2020 la ciudadanía dijo que quería 100% electa y creer que ese mandato, a nivel jurídico y político sigue vigente, es no entender nada.
Exacto, pero hay tanto zurdo repitiendo esa cantinela... El argumento es ridículo y cae por su propio peso.
No,si se rechaza empieza de nuevo el proceso. La del 80 tiene sus días contados desde que se hizo el plebiscito y desde que se modificó la del 80 para iniciar un proceso constitucional.
Políticamente hablando, eso es bastante discutible. Jurídicamente hablando, no, no es así.
Esperemos que los expertos sean doctores en derecho y uno que otro profesional de determinadas áreas.. Pero las Constituciones son eminentemente jurídicas.
¿"Eminentemente"? No hay que olvidar que las Constituciones tienen una faceta política que es, cuanto menos, igualmente importante. Sobre todo en un país como Chile.