Siguiendo con los programas que ha hecho Paulsen, el día antes de llevar a Domingo Namuncura tuvo a Huenchumilla:
A mí me parece interesante. Siendo realistas, tiene razón en que la negociación y la seguridad tienen que ir por canales paralelos. Es decir, no tiene sentido condicionar el diálogo a que pare el terrorismo, porque eso no va a ocurrir (de partida ni siquiera es claro que los interlocutores puedan hacer eso). Más bien, deben ser canales paralelos y ojalá que se les meta pronto eso en la cabeza ya que sin demostraciones de fuerza por parte del Estado no habrá muchos incentivos para ceder en nada (y puede, de hecho, que surjan incentivos para exigir más - sin contar a los que pueden decidir que deben cuidarse solos y que deben armarse para hacerlo).
Lo que menciona sobre las formas y el desconocimiento de la cultura e historia es (evidentemente) cierto. Pero si fuera Huenchumilla, tendría mucho cuidado al referirme a la historia ya que por mucho que estuvo el Tratado de Tapihue (1825) entre el Estado y los butalmapu (confederaciones mapuche) resulta que el apoyo que dieron a las revoluciones de 1851 y 1859 ya violaban el artículo 8 de ese tratado, por lo que de acuerdo al derecho internacional ya no es vinculante - y de hecho el Estado respondió creando a la Provincia de Arauco en 1852 (que era equivalente a un región de hoy).
También pude ver que estuvo Moreno y les dio por hablar mucho de Nueva Zelanda:
Pero el tratado que mencionan en realidad es de 1840 (Tratado de Waitangi) y de partida se firmó porque hubo intereses comunes entre los maoríes y los colonos (estaban compitiendo con Francia por colonizar la zona), sin una historia de conflicto como la que había entre los mapuche y los criollos, y lo que hicieron fue montar tribunales para resolver todos los conflictos de tierra pendientes en 1975, y en la práctica sirven para que haya un marco para que el gobierno negocie con los maoríes. El Tratado de Waitangi dice que los maoríes se someten a la soberanía de la Corona Británica, que pasan a ser sujetos de ésta y que pueden conservar sus propiedades pero la Corona tiene derecho a expropiarla tal y como puede hacerlo cualquier gobierno. Esto no tiene absolutamente nada que ver con los reclamos de independencia de parte de los mapuche, y es por lo bajo no entender el reclamo de éstos. Es evidente que este ejemplo no es muy aplicable a Chile.