De entrada, para contextualizar, Mena menciona que la carta citada por Kaiser para sustentar buena parte de su argumentación es «Great Barrington Declaration» (GBD), documento publicado en octubre del 2020 y que sugiere un abordaje distinto al control de la pandemia.
Esa publicación fue firmado por los investigadores Sunetra Gupta, Jay Bhattacharya y Martin Kulldorff. Y dicho documento se llama así porque en el pueblo Great Barrington, ubicado en Masachusetts, se encuentra el instituto de investigación económica, American Institute for Economic Research, el cual publicó dicha declaración y los artículos que usó Kaiser para respaldar su postura.
Ante ello, Mena advierte desde un comienzo: «Esta institución ha manifestado una postura casi-negacionista frente al cambio climático».
Si bien el investigador de Oxford menciona que en materia de cuarentenas «existe discusión al respecto y la evidencia es contraria y disputada (nadie dijo que hacer inferencia causal a partir de estudios observables es fácil)», el propio Mena también asegura: «El problema de Kaiser que hace imposible tomarlo en serio, así como a su institución FPP, es que sus palabras oscilan entre la necesidad y su falta de integridad intelectual».
Los extremos peligrosos
En su columna del sábado, el presidente de la Fundación para el Proceso respaldó su argumentos con las prestigiosas instituciones (Stanford, Harvard y Oxford) a las que pertenecían los investigadores que citó al usar el «Great Barrington Declaratión» (GBD).
«Pero por cada investigador citado por Kaiser hay decenas que piensan lo contrario», los cuestionó Mena. «La GBD se basa en el supuesto de que sería posible alcanzar rápidamente la inmunidad de rebaño natural o artificialmente (vacunas)». Sin embargo —según planeó en su respuesta—, dicha declaración fue publicada en octubre del 2020, cuando aún las distintas mutaciones que ha tenido del virus, como la británica, la india y la sudafricana, aún no adquirían su fuerza actual.
«A pesar de las campañas de vacunación, no sabemos cómo estas variantes (y las futuras) cambiarán las eficacias nominales de las vacunas, y las eficacias son números con bastante incertidumbre de por sí», refutó.
Entonces, para Mena, lo que hace Kaiser es apelar «a una autoridad que en verdad es la heterodoxia más extrema dentro del debate», criticó, respecto a un debate en que la posición del columnista de El Mercurio se encontraría en los márgenes.
Sobre la publicación de Kaiser, Mena declaró que «el problema es que estas publicaciones desmatizadas en medios de amplia circulación tienen el potencial de generar influencia en quienes toman decisiones, por ejemplo, el segundo piso de La Moneda».
Para el investigador de Oxford, el columnista de diario «habla de cuarentenas de una manera demasiado laxa», recomendando otras «medidas racionales focalizadas» a implementar, sin dar ningún ejemplo concreto. «La lista de 32 papers que cita Kaiser son una lista bastante parcial y sesgada», se lee en la repuesta. «Y en cualquier caso, los resultado son mucho más matizados que la recomendación anticuarentena de Kaiser».
El Sol no es eterno
Ya cerrando su respuesta, Mena criticó el abuso que hace el presidente de FPP del criterio de «decisiones basadas en evidencia», convirtiéndolo en su «caballito de batallas» argumentativo.
Si bien el investigador de Oxford entiende que las evidencia sirve para evitar las ideas conspirativas y las reglas arbitrarías, también considera que en una crisis como esta pandemia «es imposible tener evidencia a tiempo», por lo tanto, para él, resulta mucho más sensato «actuar en base a criterios éticos».
Y agregó: «Si fuera por basarnos en la evidencia entonces hemos de concluir que el Sol siempre va a salir porque solo hemos visto salir el Sol cada día, pero sabemos que algún día no será así», como sucede con el ciclo natural de las estrellas, que en algún momento terminan colapsan.
En cambio, al basarse en criterios de ética, Mena planteo que ahí «el debate debería ser qué medidas tomamos para proteger a los grupos más vulnerables». En ese campo, sí cree que hay evidencia más contundente para tratar el problema de mejor forma: «Sabemos que en Chile las cuarentenas son menos efectivas en las comunas menos pobres, porque es más difícil cumplirlas», mencionó. «Quizás, en vez de comentar sobre la supuesta falta de efectividad de la cuarentenas, sea mejor pensar cómo hacer para que sean realmente efectivas».
Y, a diferencia de lo que ocurre en la columna de Kaiser, Mena sí cerró sus palabras proponiendo una solución más concreta: «Una alternativa es mejorar las redes de apoyo económico en donde son más débiles».