Para entender un poco el porqué, hay que recordar que desde antes de la segunda guerra mundial, los judíos estaban de siglos repartidos en casi el mundo entero. Judíos estaban presentes en el alto mundo de las finanzas (bancos, seguros, bolsa, etc), gran participación en los medios de comunicación, prensa escrita y radio, espectáculos, cine etc. Judíos participando en política (congresistas, diputados) en muchos países de nacimiento, como así también miembros de gobierno (secretarios de estado, ministros), grandes intelectuales, politólogos, filósofos, etc, etc, etc.
En cuanto se conocieron los horrores del nazismo y en especial hacia los judíos, las diásporas de todo el mundo se organizaron de inmediato y un vasto movimiento y lobby mundial judío se puso en marcha para demandar justicia, castigo y reparación (activo hasta el día de hoy por lo demás). Los alemanes vencidos y deseosos de dar vuelta la página, no pusieron reparos a reconocer las derivas del nazismo, y gran parte el resto del mundo occidental se solidarizo de inmediato.
En el caso de la URSS, los cosacos, chechenos, ucranianos, Tártaros de Crimea, kurdos, armenios, georgianos, calmucos, Karacháis y quedo corto, no tuvieron la suerte (si así la podemos llamar) o aventajas de los judíos, las diásporas en el mundo eran casi inexistentes, sin ningún peso. Consecuencia: las deportaciones y exterminio de estos pueblos pasaron al baúl del olvido. Y más aun por el hecho de que la URSS aliado y por ende vencedor, se izó en gran potencia militar (a tratar con pinzas) y gran futuro socio comercial (a sobarle el lomo se ha dicho). Con los chinos la situación no fue muy diferente, desde los años 1950 que para las potencias de entonces, China prometía comercialmente "por lo que mejor no enemistarse por sus pequeñas derivas internas" bajo pena de caer en la lista negra de Mao: En este mundo, el que tiene peso y sabe mover los dados, golpea sobre la mesa e impone su verdad de los hechos. El resto....vaya con su cuento a otro lado, así de simple.