Ningún paper es perfecto, pero hay problemas y problemas también. Este es un paper creíble (de hecho de los más creíbles que he visto en el tema) que sugiere con fuerza que la discriminación y el pituto sí influyen en cómo te va para al menos algunos mercados laborales chilenos:
Básicamente compara cómo le va a postulantes a las universidades con capital humano similar que quedaron en la UChile y la PUC con los que no quedaron, usando el puntaje de corte PSU como proxy (comparando a postulantes que quedaron justo debajo del corte con postulantes que quedaron justo por sobre el corte).
Resulta que el entrar en la UChile/PUC sube la probabilidad de quedar en un tramo alto de ingresos (1%, 0,1%, 0,01% superior), pero solamente para hombres de colegios particulares pagados que estudiaron derecho, comercial o civil industrial. No corre para los que egresaron de otro tipo de colegios, mujeres o incluso para otras carreras con buenos sueldos como medicina. Además, también pudo constatar que hombres de colegios particulares pagados que egresaron de la misma cohorte (promoción, universidad y carrera) tienen mayor probabilidad de estar juntos en equipos directivos (i.e. llegar a un directorio/gerencia) que si (por ejemplo) fueran de cohortes distintas, o uno de ellos hubiera ido a otro tipo de colegio, o mujeres.
Cabe mencionar que el resultado de este paper es llegar a los cargos/ingresos más altos posibles, no es solamente "vivir bien". Zimmerman no encuentra que la gente que entra a la UChile o PUC salga para atrás, incluyendo para mujeres o gente de colegios municipales/particulares subvencionados. Pero si se trata de llegar a los mejores cargos/mayores ingresos, ahí sí que hay efectos por dependencia del colegio y sexo.
Lo otro es que en su mayoría no estamos hablando de millennials, pues son resultados de admisiones de 1974-2001.
Por otro lado puedes encontrar papers de fuera de Chile que sugieren que no todo se explica por discriminación por sexo. Hay un estudio con datos de Uber que muestra que las mujeres ganan 7% menos por hora, a pesar de que obviamente en este caso la discriminación no corre ya que cualquiera puede ser Uber mientras cumpla las condiciones de uso. La diferencia se produce porque las mujeres tienen menos experiencia, no tienden a trabajar en los lugares y las horas más rentables (por ejemplo, viernes y sábado en la noche en barrios bohemios con varios ebrios o en barrios con mayor delincuencia) y hacen menos viajes por hora (porque manejan más lento que los hombres):