La Moneda impulsa la llamada agenda corta para enfrentar la delincuencia. Uno de los puntos polémicos del proyecto es el del control preventivo de identidad. En el gobierno del ex Presidente Piñera, cuando usted se desempeñaba como ministro del Interior, propuso algo similar. ¿Hay un giro en cómo hoy la coalición oficialista pretende enfrentar la delincuencia?
Una primera precisión. La denominada agenda corta contempla dos controles de identidad. Uno, al ampliar el control que ya existía en el artículo 85 del Código Penal, y segundo control, enteramente nuevo y autónomo -contenido en el artículo 12-, que permite a los funcionarios policiales, “en cumplimiento de las funciones de resguardo del orden y la seguridad pública”, controlar identidad de mayores de 14 años en lugares públicos y privados de libre acceso al público, sin expresión de causa. Esta norma la estimo demasiado amplia. Bien orientada, pero creo que se debe acotar a ciertas circunstancias. La disposición que contenía el proyecto que se envió durante el gobierno del Presidente Piñera hacía precisamente aquello, restringiendo el control exclusivamente cuando la persona se hallare en ciertos lugares, llamemos delicados o que ofrecen cierto peligro de alteración para la convivencia social. Para que nos hagamos una idea, se hablaba de establecimientos de salud, instalaciones de abastecimiento y generación de energía eléctrica, agua potable o gas, instalaciones de telecomunicaciones y otros. Una plaza o una calle no cabe en tal definición y, por tanto, allí no estimo conveniente el control de identidad completamente arbitrario con eventual detención. Una medida así pudiera implementarse con registro de huella dactilar en línea.
¿A qué se refiere con que la norma es “demasiado amplia”?
Me parece que, salvo que uno utilizara un procedimiento tipo huella dactilar, que permite efectivamente controlar en línea y en tiempo inmediato la identidad de una persona, es delicado establecer la detención o la privación de libertad, aunque sea temporal, por no portar una cédula de identidad en cualquier espacio público. O sea, si es que no se va a tener un sistema de control en tiempo real, automático y por huella dactilar, yo preferiría restringirla a ciertos espacios públicos, porque creo que en la vida cotidiana, sobre todo en la juventud, es perfectamente posible que extravíen la billetera o incluso se la hayan robado y no porten en ese momento una identificación, y que sean detenidos me parece que puede ser una carga muy pesada, que además produce un círculo vicioso a partir de la sensación de abuso que experimenta la persona inocente que es detenida por falta de documentación. El gobierno tiene derecho a controlar la identidad de los ciudadanos, pero también tiene el deber de hacerlo del modo que menos moleste a los ciudadanos, y en ese sentido, emplear tecnología me parece vital. Ahí hay un tema donde yo aprovecharía el tercer trámite o la comisión mixta para profundizar y precisar más ese asunto.