El golpe a la realidad que sufrió la Izquierda debe ser asumido, masticado y tiene que representar un fuerte golpe de timón a una campaña que no sumó UN VOTO desde las primarias. La crítica más evidente es que debe dejar atrás la poesía y las metáforas para comenzar a preocuparse de los problemas reales que aquejan a los chilenos. La delincuencia, el narcotráfico, la violencia en Araucanía, la crisis migratoria y la estabilidad económica. No se trata de convertirse en Kast o dejar de promover políticas progresistas, se trata de poner como prioridad esos temas que hasta ahora estaban en segundo plano y ofrecer soluciones.
Esta elección se va a ganar hacia el centro y el actual equipo de Boric hace agua por todos lados. De partida, por más que al PC le haya ido bien en las parlamentarias, van a tener que aceptar que de cara a la presidencial van a tener que esconderse, especialmente Jadue que cada vez que habla se manda una cagada. También hay que prohibirles a los cuicos del Frente Amplio dar entrevistas ya que pisan todos los palitos. (El daño que hizo Depolo con lo de “inyectar inestabilidad” fue gigantesco). Y lo más importante, incorporar a varios “viejos macucos” de la Concertación, especialmente en el área económica. Hablamos de nombres de peso como Nicolás Eyzaguirre y José de Gregorio para dar seguridad económica y tranquilizar los mercados.
Otro nombre que deben sumar, ojalá de vocera, es a la alcaldesa de La Pintana Claudia Pizarro. Nadie en el Frente Amplio le llega a los talones en cuando a “calle” y conocimiento de la delincuencia se refiere, ya que lleva décadas en primera línea dando la pelea. Otro nombre similar a sumar es el de Rodrigo Mundaca, el actual gobernador de Valparaíso lleva toda una vida luchando por el Derecho al agua y su capacidad de liderazgo lo antecede. Ambos son “chilenos normales” sin apellidos vinosos que vienen de abajo. Ambos nombres que servirán para acercar la campaña al pueblo, algo de lo que hasta ahora ha carecido la campaña de Boric.
La Izquierda tiene que aceptar la realidad y olvidarse de que podrá hacer muchas cosas si son gobierno, ya que los próximos años se vendrán en crisis y la composición del Congreso tampoco ayuda. Llegó el momento de bajarse del árbol, olvidarse del “compañeras y compañeros” y hablarle a los “chilenas y chilenos”. El Estallido Social ya pasó, el octubrismo terminó de morir y la gente quiere estabilidad. Si la campaña de Boric no hace este giro, va camino a regalarle la presidencia a la ultraderecha.