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- 15 Enero 2004
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Era un apacible verano en una época tranquila sin internet. Acababa de salir de 4to medio y la prueba estaba rendida, así que aprovechando que casi era mayor de edad y tenía mi cuarto medio rendido me animé a pasar de los "pituteos familiares" a "trabajo remunerado formal" por el verano.
Mis antecedentes académicos no me permitían optar a una práctica profesional pues mi escuela no impartía ninguna especialidad técnica así que las opciones de trabajo se reducían mucho. Una prima dos años mayor que trabajaba en veranos me dio la solución: reponedor, promotor o repartir volantes.
"No es mucho pero es trabajo honesto" pensé y además para salvar el verano era una buenísima idea. Mi prima me dio además el dato de una agencia de promotores en Maipú en donde ella estaba inscrita y de vez en cuando la llamaban para trabajar de promotora en tiendas.
Después de un partido de baby fútbol en la cancha de la plaza, tomando agua afuera de la casa de una vecina, nos quedamos conversando con el resto del equipo. Les conté que iba a llevar un CV impreso (oh, que tiempos aquellos) a la agencia y ver que resultaba y en eso se anima mi compadre Rodrigo el reparador de notebooks y mi compadre Jano que estaban en la misma situación.
La agencia en cuestión quedaba cerca de la Plaza de Maipú, en Pajaritos una cuadra al sur de 5 de abril. Llegamos con una carpeta con los CV impresos y vemos que hay MUCHA GENTE afuera, muchas jóvenes de más o menos nuestra edad muy producidas en su vestimenta y en general muy atractivas. Lo que vimos fue más o menos esto
y nosotros eramos algo así
La cosa es que después de la tremenda gran impresión buscamos al encargado o lo que sea para pasarle nuestros humildes CV's y consultar si tenían pega de reponedor, repartido de volantes o algo así. En eso divisamos una cara conocida: el Nibaldo.
Bandas rivales
En el sector donde vivía yo (de hecho todavía vivo donde mismo, en diferente casa pero en la misa villa) hay varias villas. La villa que colinda al norte de la nuestra tenía una multicancha hecha y derecha, con arcos y hasta asientos tipo gradería mientras que nuestra cancha era un rectángulo casi-cuadrado de maicillo (si te caías era equivalente a pasarte una lija), sin arcos (le poníamos piedras) y por el borde habían árboles (un amigo una vez chocó con un árbol mientras corría con la pelota muy cerca de la línea. Después de que recuperó el conocimiento fue gracioso ) pero además, los tipos de esa villa siempre nos ganaban al fútbol, SIEMPRE. Era como una rivalidad tipo Argentina-Chile y como ellos siempre nos ganaban les teníamos un poco de mala onda, aunque en Street Fighter y en el resto de los juegos de la sala de arcades nosotros éramos mejores, ojo ahí (el consuelo mediocre del ñoño).
Pero en esa villa también estaba Nibaldo. Este socio era un flaco dos o tres años mayor que nosotros muy buena persona, muy querible. Para efectos del relato debo decir que no era pintoso tipo Brad Pitt o Thor, pero tenía onda como Snoop Dog.
Cuando Nibaldo nos vio nos pregunta
- Güena cabros. ¿Qué hacen acá? ¿Vinieron a bailar?
y nosotros
- ¡¡¡¿¿¿QUÉ???¡¡¡ No compadre, sólo venimos a ver si hay pega de reponedor, repartir volantes, lo que sea.
La media hora restante no la recuerdo mucho, sólo se de que el encargado nos separó entre hombres y mujeres, y ahí figurábamos el Rodrigo, el Jano y yo junto a Nibaldo y dos tipos más que si tenían pinta y onda de bailarines. En eso suena la música y una voz nos dice "ya, vayan pasando": había la típica pasarela con forma de T llena de mujeres bastante guapas bailando al ritmo de la música y los hombres como éramos pocos numerosos íbamos pasando de a uno por la pasarela, haciendo un sólo con cada mujer hasta llegar al final.
No solamente el Jano, el Rodrigo y yo estábamos vestidos como para ir a jugar a la pelota o para ir a comprar la parafína a la copec, sino que además teníamos pésimo ritmo.
Rodrigo y el Jano son bajos así que para que se hagan una idea, era como ver a Fernando Godoy haciendo pasos sexys con una mano en la cintura de Dua Lipa y la otra en Taylor Swift al mismo tiempo.
Mi caso particular no era más halagador pues con una estartura de 1,82 y 56 kilos de peso parecía a Peter la Anguila y mi estilo de baile era como Robocop después de estar todo el invierno a la interperie y le quedó óxido en las articulaciones y barro en los zapatos.
Después subió el Nibaldo que si bien no era bailarín profesional hay que reconocer que el tipo tenía onda, tenía estilo. Y después de Nibaldo subieron los otros dos tipos que si tenían pinta y talento para bailar, con lo que nuestra confianza estaba por los suelos.
Pero eso no es todo. Se ve que el ensayo era largo así que tuvimos que dar dos salidas más por las pasarelas. Y si bien hay que reconocer que bailar con modelos no es un mal panorama, claramente no nos iban a contratar así que esto es todo por nada.
¿Estarían buscando un team para ir a bailar a la playa o a las discos como se estilaba en esos años? No lo sabíamos pero estábamos contentos y desilusionados a la vez. Contentos porque los giros del destino nos permitieron bailar en un escenario con 10 modelos. Desilusionados porque claramente no nos iban a contratar para lo que sea que estuvieran buscando y además no estaban necesitando reponedores ni repartidores de panfletos, con lo que el objetivo de nuestro viaje se perdió an ritmo de la música del ensayo de baile.
Ese viaje de vuelta a la casa en micro por Pajaritos hacia las rejas después de decirle al chofer "tío, nos lleva por 200" fue más que nada de risas. Risas por la situación, porque como diantres llegamos con un CV y terminamos bailando, risas porque nunca nos llamaron (ni lo esperábamos). Al final cada uno terminó en ese verano pituteando en diferentes rubros.
Años después recordé ese momento y me di cuenta de que ninguna de las tipas puso mala cara por tener que bailar con tipos tan desaliñados como nosotros. Profesionalismo al 100% debo reconocer y sinceramente espero que hayan quedado contratadas para lo que sea que estaban buscando.
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