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- 21 Noviembre 2012
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Leyendo el Mostrador de hoy me encuentro con un carta de un ex director de chilefilms donde hay una reflexión bien interesante sobre la lamentable calidad del cine nacional y de cómo el corto recién premiado por la academia norteamericana destaca como una flor en el desierto de nuestra paupérrima producción nacional.
Quoteo los dos párrafos más sustanciales:
La realización de “Historia de un oso”, que acaba de ganar un Oscar, como los grandes triunfos, trajo gran alegría a los chilenos. También nos enteramos que su costo de producción fue de 25 millones de pesos y muchos se hacen la misma pregunta que se han hecho cuando triunfan deportistas modestos, ¿Por qué el estado no los apoya y si lo hace con quienes no le han ganado a nadie? Es evidente que quien gobierna apoya “a los suyos”, en este gobierno y el anterior. El caso de una cineasta de gobierno que el año pasado se adjudicó más de 150 millones de pesos del FONDART nadie sabe para qué producción y que ahora, además de un sueldo millonario como funcionaria del estado, se adjudica un documental de la presidenta, hablan por sí solos, lo que en comparación de los 4 años de trabajo y bajo costo de la historia de un oso, no solo es risible, sino un insulto. Entonces, ¿qué corresponde hacer para apoyar realizadores jóvenes que adquieren notoriedad solo cuando, como algunos deportistas, sin apoyo de nadie triunfan en el exterior?
La historia de un Oso nos hace presente que quienes gobiernan, por sobre legítimas diferencias, podrían aprender algo del cine y pusieran éste al alcance de la gente. Tarea difícil porque Chile films fue privatizado y hoy pertenece a la familia del novio de Cecilia Bolocco y la costra que profita del séptimo arte y los recursos del estado, parece inamovible. Felizmente Osorio, con su historia emotiva, pero sin odios, nos devuelve la esperanza de que un buen cine sea posible.”
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/03/01/sobre-cine-y-la-historia-de-un-oso/
Viene entonces la reflexión… ¿ Por qué el cine nacional es tan re penca y casi vulgar en su puesta en escena…?
Personalmente creo que hay tres razones que explican esta pobreza paupérrima:
1. El cine chileno es absolutamente provinciano: Al igual que la televisión, se replican los mismos temas, los mismos actores y los mismos directores No hay desarrollo ni creatividad, no hay diversidad, no hay atrevimiento y menos innovación… Un cine hecho por los mismos de siempre para los mismos de siempre.
2. El cine chileno no tiene mecanismos de financiamiento flexibles y siempre está dependiendo de los aportes del estado para su producción. Esto es un lastre muy pesado porque un país no puede delegar la creatividad audiovisual sólo a concursos de proyectos donde casi siempre ganan los mismos.
3. El cine chileno es como una isla que no se vincula con el resto del mundo. Como dijimos en el punto 1, pareciera que la provincia es el planeta y no hay una verdadera internacionalización que permita co producciones que recojan aportes de otras partes del mundo. En esto el cine argentino, por ejemplo, nos da cancha, tiro y lado.
Y así es como la historia de un oso nos demuestra que si bien es posible un cine nacional de calidad, esta certeza queda casi relegada ante la ceguera y la soberbia de los mal llamados “cineastas” nacionales y sus amiguis del estado financista, que antes del verdadero amor al séptimo arte, prefieren las preciosas lucas que el gobierno de turno les regala para seguir haciendo lo mismo de siempre.
Y ahora todos aplauden al osito, a pesar de que la hora de los quiubo a sus realizadores seguro les cerraron miles de puertas por ser desconocidos y no pertenecer a la elite audiovisual de un país que al igual que en la economía, sigue preso de las oligarquías conservadoras que prefieren la teta segura antes que el atrevimiento y la osadía de la innovación.
¿ o no..? ¿ Qué opinan uds...?
Quoteo los dos párrafos más sustanciales:
La realización de “Historia de un oso”, que acaba de ganar un Oscar, como los grandes triunfos, trajo gran alegría a los chilenos. También nos enteramos que su costo de producción fue de 25 millones de pesos y muchos se hacen la misma pregunta que se han hecho cuando triunfan deportistas modestos, ¿Por qué el estado no los apoya y si lo hace con quienes no le han ganado a nadie? Es evidente que quien gobierna apoya “a los suyos”, en este gobierno y el anterior. El caso de una cineasta de gobierno que el año pasado se adjudicó más de 150 millones de pesos del FONDART nadie sabe para qué producción y que ahora, además de un sueldo millonario como funcionaria del estado, se adjudica un documental de la presidenta, hablan por sí solos, lo que en comparación de los 4 años de trabajo y bajo costo de la historia de un oso, no solo es risible, sino un insulto. Entonces, ¿qué corresponde hacer para apoyar realizadores jóvenes que adquieren notoriedad solo cuando, como algunos deportistas, sin apoyo de nadie triunfan en el exterior?
La historia de un Oso nos hace presente que quienes gobiernan, por sobre legítimas diferencias, podrían aprender algo del cine y pusieran éste al alcance de la gente. Tarea difícil porque Chile films fue privatizado y hoy pertenece a la familia del novio de Cecilia Bolocco y la costra que profita del séptimo arte y los recursos del estado, parece inamovible. Felizmente Osorio, con su historia emotiva, pero sin odios, nos devuelve la esperanza de que un buen cine sea posible.”
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/03/01/sobre-cine-y-la-historia-de-un-oso/
Viene entonces la reflexión… ¿ Por qué el cine nacional es tan re penca y casi vulgar en su puesta en escena…?
Personalmente creo que hay tres razones que explican esta pobreza paupérrima:
1. El cine chileno es absolutamente provinciano: Al igual que la televisión, se replican los mismos temas, los mismos actores y los mismos directores No hay desarrollo ni creatividad, no hay diversidad, no hay atrevimiento y menos innovación… Un cine hecho por los mismos de siempre para los mismos de siempre.
2. El cine chileno no tiene mecanismos de financiamiento flexibles y siempre está dependiendo de los aportes del estado para su producción. Esto es un lastre muy pesado porque un país no puede delegar la creatividad audiovisual sólo a concursos de proyectos donde casi siempre ganan los mismos.
3. El cine chileno es como una isla que no se vincula con el resto del mundo. Como dijimos en el punto 1, pareciera que la provincia es el planeta y no hay una verdadera internacionalización que permita co producciones que recojan aportes de otras partes del mundo. En esto el cine argentino, por ejemplo, nos da cancha, tiro y lado.
Y así es como la historia de un oso nos demuestra que si bien es posible un cine nacional de calidad, esta certeza queda casi relegada ante la ceguera y la soberbia de los mal llamados “cineastas” nacionales y sus amiguis del estado financista, que antes del verdadero amor al séptimo arte, prefieren las preciosas lucas que el gobierno de turno les regala para seguir haciendo lo mismo de siempre.
Y ahora todos aplauden al osito, a pesar de que la hora de los quiubo a sus realizadores seguro les cerraron miles de puertas por ser desconocidos y no pertenecer a la elite audiovisual de un país que al igual que en la economía, sigue preso de las oligarquías conservadoras que prefieren la teta segura antes que el atrevimiento y la osadía de la innovación.
¿ o no..? ¿ Qué opinan uds...?