- Se incorporó
- 27 Octubre 2010
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El día de ayer se desarrollaron las primarias municipales en 93 comunas del país, las que en términos de números, resultaron en un rotundo fracaso, con una participación que no superó el 6% del universo electoral. Algunos de nuestros sesudos políticos argumentaron que hacer coincidir las primarias con el día del padre no fue la mejor de las decisiones; otros justificaron esta baja participación a la "resaca" provocada por el triunfo de Chile a México la noche anterior y los menos, hablaron del desencanto total en nuestro país hacia la clase política.
Frente al evidente fracaso de estas primarias, se instauró de inmediato el debate sobre el retorno al voto obligatorio (Andrade, Tellier, Lagos Weber, etc), en lo que, en mi opinión, parece un claro intento por traspasar la responsabilidad al ciudadano y desligarse de la tan necesaria autocrítica.
En mi caso, jamás voté, aunque cuando pendejo hice campaña por el candidato de la derecha en la elección de 1989. Para cuando cumplí la edad para inscribirme, no lo hice por pajero y ya más tarde, mi desencanto con los señores políticos fue tal que no había motivación para inscribirme, condición que no cambió para cuando se nos impuso la inscripción automática.
Para finalizar, dejo el tema sobre las primarias mismas, sobre la baja participación y el debate sobre el voto obligatorio, debate que ciertamente ya se está instalando en las esferas políticas.
Frente al evidente fracaso de estas primarias, se instauró de inmediato el debate sobre el retorno al voto obligatorio (Andrade, Tellier, Lagos Weber, etc), en lo que, en mi opinión, parece un claro intento por traspasar la responsabilidad al ciudadano y desligarse de la tan necesaria autocrítica.
En mi caso, jamás voté, aunque cuando pendejo hice campaña por el candidato de la derecha en la elección de 1989. Para cuando cumplí la edad para inscribirme, no lo hice por pajero y ya más tarde, mi desencanto con los señores políticos fue tal que no había motivación para inscribirme, condición que no cambió para cuando se nos impuso la inscripción automática.
Para finalizar, dejo el tema sobre las primarias mismas, sobre la baja participación y el debate sobre el voto obligatorio, debate que ciertamente ya se está instalando en las esferas políticas.