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- 13 Diciembre 2007
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Hola:
Hace más de un año creé, en el ya jubilado e innombrable otro foro, un hilo preguntando por alternativas para armarme un sistema de almacenamiento externo para mi iMac del 2009, con el objeto de que almacenara respaldos periódicos —con Time Machine— y mi colección de archivos multimedia.
Mucha agua pasó bajo el puente, y muchas recomendaciones recibí también de la comunidad —prácticamente todas inclinadas hacia armarme un NAS—. Sin embargo, persistí en mi idea original de usar DAS, y es así como les vengo, más que a ofrecer un review hecho y derecho, a contar lo que hice. Eso sí, les recomiendo antes revisar el contexto en que se gestó este proyecto —las recomendaciones de la comunidad y mis razones para optar por un DAS en vez de un NAS— acá.
Resumiendo, estaba entre dos alternativas de enclosure: el OWC Mercury Elite Pro Qx2 (US$ 250 - link) y el Mobius 5-Bay (US$ 240 - link). Al final me compré cinco discos WD Red de 2 TB y el ya mencionado Mobius de 5 bahías de Oyen Digital. Sin embargo, tal fue mi emoción al recibir este último (en julio del año pasado), que apenas abrí la caja me precipité a conectar aquel a la corriente, a encenderlo y… ¡PAF! Flor de cortocircuito.
Gracias a la pereza de los fabricantes, que en pleno siglo XXI siguen haciendo aparatos con selectores de voltaje (esta cuestión tenía uno para 115 y 230 en la parte posterior, de cuya existencia evidentemente no me percaté) en vez de hacerlos multivoltaje desde un principio, se me quemó toda la placa, con lo que el enclosure quedó completamente fuera de operación (por suerte no había metido los discos todavía).
Lo bueno es que Oyen Digital vende el repuesto por separado (US$ 35 - link), así que por un precio irrisorio pude obtener una placa de reemplazo en poco tiempo.
Lamentablemente, la procrastinación puede llegar a ser un mal bastante grave en mí, así que fue solo este mismo mes, y gracias a la ayuda de @Rudel, que abrimos el enclosure, cambiamos la placa y dejamos el DAS funcionando, aunque con solo un ventilador en vez de los dos que incorpora. (Pregunté al soporte técnico y me dijeron que no hay drama en dejarlo así, especialmente si se usarán discos “discretos” como el WD Red.)
Debo reconocer que estos últimos han sido días algo frustrantes y de susto también, pasando contenidos de un disco a otro, creando y borrando particiones, etc. (Recuerden: si van a hacer algo así, mejor que estén plenamente sobrios, ojalá con algo de cafeína en el organismo y muy concentrados.) Pero al final todo ha resultado de maravillas, y puedo mostrarles mi sistema de respaldo y almacenamiento externo.
En resumen, así quedó el hardware:
1) iMac con un SSD 840 EVO de 500 GB, y un Seagate @ 7200 rpm de 1 TB (crónica sobre el modding acá).
2) Mobius 5-bay de Oyen Digital, conectado al computador por FireWire 800 (interfaz más rápida a la que podía aspirar mi “clásico” iMac del 2009), con cinco discos WD Red de 2 TB @5400 rpm en RAID5 (con redundancia entre todos los discos, con soporte para el fallo de cualquiera de ellos).
Así quedan los discos y sus respectivas particiones (corresponden exactamente a la misma ventana de información, solo que tuve que cortarla):
Ahora paso a explicarles el esquema anterior.
1) Primero está el iMac con su SSD y HDD. El SSD, a su vez, está divido en dos particiones: una de 350 GB para OS X, apps, librerías de aplicaciones, documentos, música, etc.; y la otra partición, de 150 GB, queda para Windows. Por su parte, el HDD —una sola partición de 1 TB— queda para mi librería de fotos, colección de vídeos caseros y otros archivos para los cuales el SSD pueda quedar chico.
2) Luego está el DAS, con sus cinco discos de 2 TB. Sin embargo, al ser configurados en RAID 5, aparecen como un solo volumen lógico de 8 TB, el cual fue dividido en las dos particiones que se pueden apreciar en la imagen: una de 6,5 TB para todo mi contenido multimedia más pesado —películas, series, juegos, etc.—, y otra de 1,5 TB para hacer respaldos del iMac y sus dos discos con Time Machine.
A propósito del RAID 5, para armar el enclosure y dejarlo configurado en dicho modo, es tan fácil como insertar todos los discos, mover los switches de la parte posterior para dejar la caja en el modo deseado, y mantener el botón “set” presionado mientras se enciende. Eso es todo.
Luego, para dividir ese volumen lógico único resultante en dos o más particiones, se usa Utilidad de Discos en OS X como se haría siempre.
Aquí les dejo las velocidades de lectura y escritura del DAS (test hecho con Blackmagic, con un archivo de muestra de 3 GB), tomando en consideración que se está usando una interfaz antigua, como lo es el FW800, y discos a 5400 rpm:
De paso les dejo también, a modo de referencia, las velocidades de lectura y escritura del SSD y del HDD de mi iMac, así como del mismo RAID5 pero accedido por USB 2.0 (en orden correlativo):
Me hubiera gustado mostrar las velocidades de lectura y escritura de los WD Green que estaba usando por USB 2.0, pero ya los guardé en cajas y me da lata sacarlos. Lo siento...
Por último, el sistema me permite usar el Mobius con el iMac como media center, por lo que instalando Plex en este último, puedo transmitir de forma inalámbrica películas, series y prácticamente lo que sea a mi TV de 50", gracias a un Roku y el correspondiente “canal” o app (también puedo ver los mismos contenidos en mi iPad y iPhone usando las respectivas apps).
La instalación y configuración de Plex resultaron ser sumamente sencillas e intuitivas, y definitivamente menos complicadas de lo que esperaba (incluso no tuve ni la necesidad de modificar los nombres de mis archivos, los cuales no cumplen con absolutamente ninguna convención). Aquí pueden ver un screenshot de mi humilde librería en el Mac (nada que hacer frente a las 600 y tantas películas de Rudel) y una foto del mismo contenido en la TV:
Como conclusión, les puedo señalar que estoy bastante feliz con el resultado. Todos los problemas que tenía con la escasez de almacenamiento ya quedaron solucionados, pudiendo permitirme el seguir descargando películas, conciertos, series y carreras de Fórmula 1 en Full HD o HD por algún tiempo —sin miedo a quedarme sin espacio—, y el tener una unidad externa para hacer respaldos de mi computador; todo en uno. Lo anterior, con un sistema de redundancia que permite que, si llega a fallar cualquiera de los discos, se pueda comprar otro y reconstruir el sistema completo sin problemas.
Entre paréntesis, este sistema también me permite “jubilar” los tres discos externos que usaba antes de forma individual por USB: un pequeño WD My Passport de 1 TB, y dos WD Caviar Green de 3,5” de 1 TB cada uno (el primero lo seguiré usando para respaldar mi MacBook cuando viaje, los dos últimos los dejaré acumulando polvo).
Vale la pena destacar, además, que el DAS armado es muy “limpio” desde el punto de vista del orden y la estética —dentro de lo que se puede—. Es una sola caja y dos cables; nada de múltiples cofres ni decenas de cables, como lo que tenía que sufrir antes. Además, es notoriamente silencioso y no molesta para nada. Un elemento digno de acompañar a mi iMac en el escritorio.
Me quedan pendientes dos cosas:
1) Instalar y configurar OwnCloud, para poder transformar mi iMac y su correspondiente DAS en un servidor que me permita ver absolutamente todos mis archivos, aplicaciones y datos desde cualquier parte del mundo, sin tener que andar arriesgando mi privacidad ni colocando mi información en las redes de empresas privadas, crackers o gobiernos inescrupulosos.
2) Montar un NAS en alguna otra locación física, para hacer respaldos del DAS. Esto ya es muy paranoico, y responde al principio de que, como dicen por ahí, RAID ≠ backup. Por ahora, sin embargo, me conformo con la protección contra fallos de un disco. Está claro, eso sí, que si se quema mi casa o me entran a robar, le tendré que decir adiós a mis terabytes de archivos.
Espero que esta suerte de guía/review le resulte útil a alguien. Si a ratos algo puede parecer muy complejo, créanme que no lo es en absoluto. Es todo manejable y perfectamente “construíble” al nivel de un usuario común y corriente.
Saludos.
Hace más de un año creé, en el ya jubilado e innombrable otro foro, un hilo preguntando por alternativas para armarme un sistema de almacenamiento externo para mi iMac del 2009, con el objeto de que almacenara respaldos periódicos —con Time Machine— y mi colección de archivos multimedia.
Mucha agua pasó bajo el puente, y muchas recomendaciones recibí también de la comunidad —prácticamente todas inclinadas hacia armarme un NAS—. Sin embargo, persistí en mi idea original de usar DAS, y es así como les vengo, más que a ofrecer un review hecho y derecho, a contar lo que hice. Eso sí, les recomiendo antes revisar el contexto en que se gestó este proyecto —las recomendaciones de la comunidad y mis razones para optar por un DAS en vez de un NAS— acá.
Resumiendo, estaba entre dos alternativas de enclosure: el OWC Mercury Elite Pro Qx2 (US$ 250 - link) y el Mobius 5-Bay (US$ 240 - link). Al final me compré cinco discos WD Red de 2 TB y el ya mencionado Mobius de 5 bahías de Oyen Digital. Sin embargo, tal fue mi emoción al recibir este último (en julio del año pasado), que apenas abrí la caja me precipité a conectar aquel a la corriente, a encenderlo y… ¡PAF! Flor de cortocircuito.
Gracias a la pereza de los fabricantes, que en pleno siglo XXI siguen haciendo aparatos con selectores de voltaje (esta cuestión tenía uno para 115 y 230 en la parte posterior, de cuya existencia evidentemente no me percaté) en vez de hacerlos multivoltaje desde un principio, se me quemó toda la placa, con lo que el enclosure quedó completamente fuera de operación (por suerte no había metido los discos todavía).
Lo bueno es que Oyen Digital vende el repuesto por separado (US$ 35 - link), así que por un precio irrisorio pude obtener una placa de reemplazo en poco tiempo.
Lamentablemente, la procrastinación puede llegar a ser un mal bastante grave en mí, así que fue solo este mismo mes, y gracias a la ayuda de @Rudel, que abrimos el enclosure, cambiamos la placa y dejamos el DAS funcionando, aunque con solo un ventilador en vez de los dos que incorpora. (Pregunté al soporte técnico y me dijeron que no hay drama en dejarlo así, especialmente si se usarán discos “discretos” como el WD Red.)
Debo reconocer que estos últimos han sido días algo frustrantes y de susto también, pasando contenidos de un disco a otro, creando y borrando particiones, etc. (Recuerden: si van a hacer algo así, mejor que estén plenamente sobrios, ojalá con algo de cafeína en el organismo y muy concentrados.) Pero al final todo ha resultado de maravillas, y puedo mostrarles mi sistema de respaldo y almacenamiento externo.
En resumen, así quedó el hardware:
1) iMac con un SSD 840 EVO de 500 GB, y un Seagate @ 7200 rpm de 1 TB (crónica sobre el modding acá).
2) Mobius 5-bay de Oyen Digital, conectado al computador por FireWire 800 (interfaz más rápida a la que podía aspirar mi “clásico” iMac del 2009), con cinco discos WD Red de 2 TB @5400 rpm en RAID5 (con redundancia entre todos los discos, con soporte para el fallo de cualquiera de ellos).
Así quedan los discos y sus respectivas particiones (corresponden exactamente a la misma ventana de información, solo que tuve que cortarla):
Ahora paso a explicarles el esquema anterior.
1) Primero está el iMac con su SSD y HDD. El SSD, a su vez, está divido en dos particiones: una de 350 GB para OS X, apps, librerías de aplicaciones, documentos, música, etc.; y la otra partición, de 150 GB, queda para Windows. Por su parte, el HDD —una sola partición de 1 TB— queda para mi librería de fotos, colección de vídeos caseros y otros archivos para los cuales el SSD pueda quedar chico.
2) Luego está el DAS, con sus cinco discos de 2 TB. Sin embargo, al ser configurados en RAID 5, aparecen como un solo volumen lógico de 8 TB, el cual fue dividido en las dos particiones que se pueden apreciar en la imagen: una de 6,5 TB para todo mi contenido multimedia más pesado —películas, series, juegos, etc.—, y otra de 1,5 TB para hacer respaldos del iMac y sus dos discos con Time Machine.
A propósito del RAID 5, para armar el enclosure y dejarlo configurado en dicho modo, es tan fácil como insertar todos los discos, mover los switches de la parte posterior para dejar la caja en el modo deseado, y mantener el botón “set” presionado mientras se enciende. Eso es todo.
Luego, para dividir ese volumen lógico único resultante en dos o más particiones, se usa Utilidad de Discos en OS X como se haría siempre.
Aquí les dejo las velocidades de lectura y escritura del DAS (test hecho con Blackmagic, con un archivo de muestra de 3 GB), tomando en consideración que se está usando una interfaz antigua, como lo es el FW800, y discos a 5400 rpm:
De paso les dejo también, a modo de referencia, las velocidades de lectura y escritura del SSD y del HDD de mi iMac, así como del mismo RAID5 pero accedido por USB 2.0 (en orden correlativo):
Me hubiera gustado mostrar las velocidades de lectura y escritura de los WD Green que estaba usando por USB 2.0, pero ya los guardé en cajas y me da lata sacarlos. Lo siento...
Por último, el sistema me permite usar el Mobius con el iMac como media center, por lo que instalando Plex en este último, puedo transmitir de forma inalámbrica películas, series y prácticamente lo que sea a mi TV de 50", gracias a un Roku y el correspondiente “canal” o app (también puedo ver los mismos contenidos en mi iPad y iPhone usando las respectivas apps).
La instalación y configuración de Plex resultaron ser sumamente sencillas e intuitivas, y definitivamente menos complicadas de lo que esperaba (incluso no tuve ni la necesidad de modificar los nombres de mis archivos, los cuales no cumplen con absolutamente ninguna convención). Aquí pueden ver un screenshot de mi humilde librería en el Mac (nada que hacer frente a las 600 y tantas películas de Rudel) y una foto del mismo contenido en la TV:
Como conclusión, les puedo señalar que estoy bastante feliz con el resultado. Todos los problemas que tenía con la escasez de almacenamiento ya quedaron solucionados, pudiendo permitirme el seguir descargando películas, conciertos, series y carreras de Fórmula 1 en Full HD o HD por algún tiempo —sin miedo a quedarme sin espacio—, y el tener una unidad externa para hacer respaldos de mi computador; todo en uno. Lo anterior, con un sistema de redundancia que permite que, si llega a fallar cualquiera de los discos, se pueda comprar otro y reconstruir el sistema completo sin problemas.
Entre paréntesis, este sistema también me permite “jubilar” los tres discos externos que usaba antes de forma individual por USB: un pequeño WD My Passport de 1 TB, y dos WD Caviar Green de 3,5” de 1 TB cada uno (el primero lo seguiré usando para respaldar mi MacBook cuando viaje, los dos últimos los dejaré acumulando polvo).
Vale la pena destacar, además, que el DAS armado es muy “limpio” desde el punto de vista del orden y la estética —dentro de lo que se puede—. Es una sola caja y dos cables; nada de múltiples cofres ni decenas de cables, como lo que tenía que sufrir antes. Además, es notoriamente silencioso y no molesta para nada. Un elemento digno de acompañar a mi iMac en el escritorio.
Me quedan pendientes dos cosas:
1) Instalar y configurar OwnCloud, para poder transformar mi iMac y su correspondiente DAS en un servidor que me permita ver absolutamente todos mis archivos, aplicaciones y datos desde cualquier parte del mundo, sin tener que andar arriesgando mi privacidad ni colocando mi información en las redes de empresas privadas, crackers o gobiernos inescrupulosos.
2) Montar un NAS en alguna otra locación física, para hacer respaldos del DAS. Esto ya es muy paranoico, y responde al principio de que, como dicen por ahí, RAID ≠ backup. Por ahora, sin embargo, me conformo con la protección contra fallos de un disco. Está claro, eso sí, que si se quema mi casa o me entran a robar, le tendré que decir adiós a mis terabytes de archivos.
Espero que esta suerte de guía/review le resulte útil a alguien. Si a ratos algo puede parecer muy complejo, créanme que no lo es en absoluto. Es todo manejable y perfectamente “construíble” al nivel de un usuario común y corriente.
Saludos.