La otra lección es que las decisiones sobre inversión estatal no son tan simples como pensar que, como Chile tiene mucho litio y hay mucha tecnología que depende de éste, entonces hay que entrar porque podría ejercer poder de mercado. Eso a veces puede ser correcto, pero a veces no (dejando de lado que el litio tampoco es una industria tan grande como algunos quisieran).
Ahora, de ahí a que los europeos puedan encontrar alternativas... Ya veremos.