En un lugar del cosmos
Alrededor de 65 mil millones de neutrinos del Sol habrán atravesado tu cuerpo mientras lees
esta frase...y ya han pasado la Luna.
El Universo está formado por diversos tipos de partículas elementales (quarks, leptones,..) que se combinan entre sí para construir todo aquello que se ve y todo lo que no se ve. Las partículas más abundantes son los neutrinos. Los primeros se originaron fracciones de segundo después del Big Bang y desde los dos primeros segundos de vida viajan libremente a través del espacio. Los físicos creen que hay un fondo cósmico de neutrinos, “lo que pasa es que es tan inalcanzable que seguramente no se podrá detectar nunca” afirma Jordi José, del Departamento de Física e Ingeniería Nuclear de la UPC.
Se estima que cada segundo 65.000 millones de neutrinos atraviesan cada centímetro cuadrado de piel de cada persona de la Tierra. Entran en el cuerpo humano y vuelven a salir sin que nos demos cuenta. Después, penetran el suelo, cruzan la tierra casi a la velocidad de la luz y vuelven a salir por las antípodas sin haber chocado con nada, porque no interactúan con ninguno de los átomos por los que pasan.
Los neutrinos son partículas fundamentales en la estructura del universo, pero paradójicamente son las menos entendidas. Estas partículas subatómicas son producidas durante el decaimiento de elementos radioactivos. Son las partículas elementales de menor masa y no poseen carga eléctrica.
Su existencia fue predicha por el físico Wolfgang Pauli en 1931 , para que se cumplieran las leyes de conservación de la energía y el momento en ciertos decaimientos radiactivos, deben su nombre al físico italiano Enrico Fermi, quien desarrolló la teoría del decaimiento radioactivo en 1934, incluyendo a la partícula de Pauli, a que bautizó como neutrino. Esta elusiva partícula pudo ser detectada en el laboratorio en 1956, y F. Reines fue galardonado por el Premio Nobel en 1995 a raíz de este descubrimiento.
Otra característica de los neutrinos es la oscilación, un fenómeno mecánico cuántico donde un neutrino creado con un sabor leptónico específico (electrón, muon o tau) es posteriormente medido con un sabor distinto. La probabilidad de medir un sabor particular para un neutrino varía periódicamente a medida que se propaga a través del espacio.
Créditos: Descubriendo física y Universidad politécnica de Cataluña.