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- 15 Junio 2007
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Me alegra la noticia.
A ver si de a poco se impulsa la investigación y desarrollo en nuestro país.
A ver si de a poco se impulsa la investigación y desarrollo en nuestro país.
Tuve la oportunidad de ver una de las presentaciones de producto más freak que alguna vez he visto: un hombre de terno, frente a la mirada expectante de numerosos empresarios coloca su mano sobre una mesa, saca un martillo y se da 5 fuertes golpes, uno a cada dedo. Entrega una tabla de madera con las marcas dejadas por los impactos, su mano intacta y el público aplaudiendo.
Se trata de Jorge Sgombich, un emprendedor chileno que creó unos guantes que podrían evitar numerosas amputaciones y daños a los dedos de las manos.
En operaciones, en la construcción, en la carga de materiales y muchos otros, uno de cada tres accidentes laborales son en las manos,siendo éstas la parte del cuerpo que más frecuentemente se ve involucrada en ellos, según datos de Mutual de Seguridad. Solo en Chile, miles de personas dañan sus manos en el trabajo año a año debido a golpes, cortes, aplastamientos y punzadas.
Para Jorge, este problema se convirtió en la oportunidad de buscar una solución efectiva y así crear su propia empresa (Resafe), buscando posicionar su producto como una alternativa mucho más segura que el guante tradicional.
De la idea a la realidad
No era fácil llevar a cabo el proyecto, porque las manos necesitan moverse con mucho más precisión que los pies, por lo tanto, no bastaba simplemente con utilizar un material rígido que protegiera a los dedos de los golpes.
Jorge comenta que inició sus experimentos pasando por diversos materiales, uno de los primeros prototipos era de cobre. En sus reuniones con clientes realiza sus clásicos golpes de martillo; aunque no todas sus demostraciones han sido totalmente exentas de dolor, una anécdota que Jorge recordará por mucho tiempo, fue una reunión en la que olvidó reforzar uno de los dedos. Se trataba de la muestra de uno de sus primeros prototipos que protegía todos los dedos de la mano, se acostó cansado la noche anterior terminándolo y dejó solo un dedo sin protección. Llegó el otro día, comenzó su demostración y olvidó que había dejado un dedo sin proteger. Fue cuando entonces vivió en carne propia el dolor que produce uno de estos golpes. Como buen emprendedor, se tragó las lágrimas y continuó su demostración, como si nada hubiese sucedido… el cliente nunca se dio cuenta de que vio una demostración no solo de la fortaleza de los guantes, sino que también de la determinación del vendedor que tenía enfrente.
Decidió llamar a su producto Mark VIII, inspirado en el nombre de la armadura de Iron Man. Un guante que a simple vista se ve totalmente normal, pero que esconde una tecnología patentada de piezas modeladas acorde a un estudio ergonómico de las manos de los chilenos. Para no entorpecer las actividades de motricidad fina, las yemas tienen sensibilidad. Además, el guante tiene la misma durabilidad que un guante tradicional de trabajo. Actualmente se encuentra tramitando su patente en EEUU, Europa, Australia y Canadá, razón por la cual no es posible revelar todos detalles de la tecnología que se utiliza para combinar versatilidad y protección.
Pero sí sabemos que son piezas material plástico semi rígido que se adosan a las puntas del guante de seguridad y tienen un forro interior para mayor comodidad.
Imagen: Resafe.cl
Jorge asistió con su producto a la feria The Invention & New Product Exposition (INPEX) 2016, que tuvo lugar en Pittsburgh (USA), donde se reúnen inventores de todo el mundo a exponer sus creaciones. Sus guantes obtuvieron la medalla de oro en la categoría Safety & Security, dejando claro que su determinación no solo le ha permitido soportar martillazos, sino que también dar a conocer al mundo el ingenio del chileno.
Actualmente están trabajando con varias mineras y otras empresas con trabajadores expuestos a este tipo de accidentes. Puedes conocer sus guantes y ver cómo sobreviven a todo tipo de pruebas en el siguiente video: