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- 2 Octubre 2005
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La historia detrás de
En realidad, el inicio de esta historia es un poco extraño, es de esas historias donde un tema te lleva a otro tema y paf nació chocapic en el intertanto.
Este tema parte cuando cambié de compañía en la casa, ya que la nueva compañía me ofrecía mucho mejor precio por el tri-pack que el que tenía, con la excepción de que para poder aprovechar esa oferta, tenía que contratar teléfono fijo. Será, me dije. Total, no lo ocupo y tampoco me podrán cobrar adicional por algo que no ocupo.
Sin embargo, cuando llegó el pack de instalación de la nueva compañía, me sorprendió que no venía el aparato telefónico. De puro picado, me puse a buscar uno, pero ya que no me habían pasado un teléfono, quería uno a mi pinta: quería uno de esos de disco.
Adelanten algunos meses y se dio la oportunidad de un caballero que había heredado cerca de 15 teléfonos de esos de disco del papá, pero no sabía en qué estado estaba cada uno. Como casi los estaba regalando, lo fui a ver.
De inmediato me llamó la atención uno que pesaba harto: 3.5kg en total. También tenía muchos botones que no me calzaban, estaba claro que el modelo no era común y corriente, [strike]hice wn al comprador[/strike] le dije al caballero que me llevaba el teléfono que tenía en la mano por el precio publicado y me vine a la casa.
Lo primero que hice cuando llegué a la casa fue revisar la circuitería interna: me lo vendieron bajo la premisa de "te llevas lo que compras sin reclamos" y ciertamente la circuitería interna daba pena: hace ya tiempo alguien había hurgado en el teléfono y por consiguiente no había modo que pudiera hacerlo funcionar sin el esquema original.
Luego vino la ardua tarea de tratar de averiguar la marca y modelo del teléfono: estuve 3 días buscando en internet hasta que di con una página que contaba que el teléfono era uno de marca ATEA modelo (año) 1949. ATEA finalmente se vendió a una compañía, esa compañía se vendió a otra, y finalmente esa otra se vendió a lo que es hoy en día Siemens. Aparte de una página de un caballero que se encargó de averiguar todo lo que pudo de esta compañía, no había más información online. Por el momento el teléfono queda de lindo pisapapeles y seguiré en la búsqueda del teléfono de disco que funcione, pero para que quedara lindo, primero había que limpiarlo. Muchos teléfonos antiguos traían el esquema del teléfono impreso en la tapa, pero este no lo traía. Encontré en internet un esquema, pero está en mala calidad y no entendí mucho ya que este teléfono es centralita, recibe llamadas del exterior y puede redirigir las llamadas a hasta 5 teléfonos distintos internos, para la época (1949) era un teléfono sumamente avanzado y se ocupó más en ministerios y tb por el ejército.
Durante el desarme inicial caché el por qué del peso del teléfono: estaba hecho de... COBRE! Acá una foto del estado inicial dp de una primera limpiada con un poco de agua para sacarle la mugre superficial con que estaba cubierta:
Ahora bien... el post empieza acá para los interesados.
La limpieza
Yo apliqué 3 pasos para la limpieza:
1- Limpieza superficial con agua
2- Limpieza con un menjunje casero
3- Sacada de brillo y limpieza con Brasso
El segundo paso involucra los siguientes ingredientes, mezclar en un pequeño bol en el siguiente ratio:
1 cucharada de sal fina
1 cucharada de harina blanca (NI SE LES OCURRA INTENTAR CON HARINA INTEGRAL, NO LA CAGUE COMO YO LO HICE!)
2 cucharadas de vinagre blanca
Con el tiempo, el vinagre se va evaporando así que agregar media o una cucharada adicional a medida que pase el tiempo y noten que la pasta se está secando.
La explicación científica detrás de este menjunje: la acidez del vinagre disuelve el óxido de cobre, pero necesita algunos minutos para actuar. Para eso es la mezcla de sal y harina (pegamento). Los tres combinados hacen que sea fácil de aplicar y quede pegado de la siguiente forma, para aplicar el menjunje ocupé un pincel:
Si se fijan, por debajo de esa mezcla ya se nota mejor el color natural del cobre en comparación a como estaba antes. Después de unos 10 miuntos (no tengo idea si funcionará mejor con más tiempo) hay que limpiar, lucirá así después de una rápida limpieza (simplemente sacando el menjunje con el mismo pincel):
Seguimos limpiando con un paño y éste será el resultado final de esta etapa:
Nada de mal para haber hecho algo que hasta el momento no ha involucrado aplicar fuerza o movimientos repetitivos
Seguí con el mismo tratamiento para el resto del teléfono y ahora vino la pega dura: Brasso.
El producto final
Este es un excelente producto que deja muy brillante el cobre, pero requiere de aplicar fuerza y pasar y volver a pasar una y otra vez, primero con un paño humedecido en Brasso, luego con otro limpio y seco para sacar los restos y sacar el brillo definitivo. Los paños los podrán botar a la basura una vez que los hayan ocupado.
Mientras estaba en esto, me di cuenta que los teléfonos del año 1949 eran bastante más fáciles de desarmar que equipos de hoy en día, si veía un tornillo pegado a una pieza, ese tornillo soltaba esa pieza y no había que desarmar la totalidad del teléfono para llegar al último tornillo que sujetaba todo y que estaba por detrás, así que terminé sacando varias piezas de modo de facilitar la limpieza:
Una vez limpiadas todas las piezas, volví a ensamblar las partes que había sacado y este es el resultado final:
Sin duda alguna le aplicaré una segunda capa, pero por hoy me declaro satisfecho
Saludos.
En realidad, el inicio de esta historia es un poco extraño, es de esas historias donde un tema te lleva a otro tema y paf nació chocapic en el intertanto.
Este tema parte cuando cambié de compañía en la casa, ya que la nueva compañía me ofrecía mucho mejor precio por el tri-pack que el que tenía, con la excepción de que para poder aprovechar esa oferta, tenía que contratar teléfono fijo. Será, me dije. Total, no lo ocupo y tampoco me podrán cobrar adicional por algo que no ocupo.
Sin embargo, cuando llegó el pack de instalación de la nueva compañía, me sorprendió que no venía el aparato telefónico. De puro picado, me puse a buscar uno, pero ya que no me habían pasado un teléfono, quería uno a mi pinta: quería uno de esos de disco.
Adelanten algunos meses y se dio la oportunidad de un caballero que había heredado cerca de 15 teléfonos de esos de disco del papá, pero no sabía en qué estado estaba cada uno. Como casi los estaba regalando, lo fui a ver.
De inmediato me llamó la atención uno que pesaba harto: 3.5kg en total. También tenía muchos botones que no me calzaban, estaba claro que el modelo no era común y corriente, [strike]hice wn al comprador[/strike] le dije al caballero que me llevaba el teléfono que tenía en la mano por el precio publicado y me vine a la casa.
Lo primero que hice cuando llegué a la casa fue revisar la circuitería interna: me lo vendieron bajo la premisa de "te llevas lo que compras sin reclamos" y ciertamente la circuitería interna daba pena: hace ya tiempo alguien había hurgado en el teléfono y por consiguiente no había modo que pudiera hacerlo funcionar sin el esquema original.
Luego vino la ardua tarea de tratar de averiguar la marca y modelo del teléfono: estuve 3 días buscando en internet hasta que di con una página que contaba que el teléfono era uno de marca ATEA modelo (año) 1949. ATEA finalmente se vendió a una compañía, esa compañía se vendió a otra, y finalmente esa otra se vendió a lo que es hoy en día Siemens. Aparte de una página de un caballero que se encargó de averiguar todo lo que pudo de esta compañía, no había más información online. Por el momento el teléfono queda de lindo pisapapeles y seguiré en la búsqueda del teléfono de disco que funcione, pero para que quedara lindo, primero había que limpiarlo. Muchos teléfonos antiguos traían el esquema del teléfono impreso en la tapa, pero este no lo traía. Encontré en internet un esquema, pero está en mala calidad y no entendí mucho ya que este teléfono es centralita, recibe llamadas del exterior y puede redirigir las llamadas a hasta 5 teléfonos distintos internos, para la época (1949) era un teléfono sumamente avanzado y se ocupó más en ministerios y tb por el ejército.
Durante el desarme inicial caché el por qué del peso del teléfono: estaba hecho de... COBRE! Acá una foto del estado inicial dp de una primera limpiada con un poco de agua para sacarle la mugre superficial con que estaba cubierta:
Ahora bien... el post empieza acá para los interesados.
La limpieza
Yo apliqué 3 pasos para la limpieza:
1- Limpieza superficial con agua
2- Limpieza con un menjunje casero
3- Sacada de brillo y limpieza con Brasso
El segundo paso involucra los siguientes ingredientes, mezclar en un pequeño bol en el siguiente ratio:
1 cucharada de sal fina
1 cucharada de harina blanca (NI SE LES OCURRA INTENTAR CON HARINA INTEGRAL, NO LA CAGUE COMO YO LO HICE!)
2 cucharadas de vinagre blanca
Con el tiempo, el vinagre se va evaporando así que agregar media o una cucharada adicional a medida que pase el tiempo y noten que la pasta se está secando.
La explicación científica detrás de este menjunje: la acidez del vinagre disuelve el óxido de cobre, pero necesita algunos minutos para actuar. Para eso es la mezcla de sal y harina (pegamento). Los tres combinados hacen que sea fácil de aplicar y quede pegado de la siguiente forma, para aplicar el menjunje ocupé un pincel:
Si se fijan, por debajo de esa mezcla ya se nota mejor el color natural del cobre en comparación a como estaba antes. Después de unos 10 miuntos (no tengo idea si funcionará mejor con más tiempo) hay que limpiar, lucirá así después de una rápida limpieza (simplemente sacando el menjunje con el mismo pincel):
Seguimos limpiando con un paño y éste será el resultado final de esta etapa:
Nada de mal para haber hecho algo que hasta el momento no ha involucrado aplicar fuerza o movimientos repetitivos
Seguí con el mismo tratamiento para el resto del teléfono y ahora vino la pega dura: Brasso.
El producto final
Este es un excelente producto que deja muy brillante el cobre, pero requiere de aplicar fuerza y pasar y volver a pasar una y otra vez, primero con un paño humedecido en Brasso, luego con otro limpio y seco para sacar los restos y sacar el brillo definitivo. Los paños los podrán botar a la basura una vez que los hayan ocupado.
Mientras estaba en esto, me di cuenta que los teléfonos del año 1949 eran bastante más fáciles de desarmar que equipos de hoy en día, si veía un tornillo pegado a una pieza, ese tornillo soltaba esa pieza y no había que desarmar la totalidad del teléfono para llegar al último tornillo que sujetaba todo y que estaba por detrás, así que terminé sacando varias piezas de modo de facilitar la limpieza:
Una vez limpiadas todas las piezas, volví a ensamblar las partes que había sacado y este es el resultado final:
Sin duda alguna le aplicaré una segunda capa, pero por hoy me declaro satisfecho
Saludos.
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