Los romanos empleaban el sustantivo explosio, -onis para nombrar el ‘acto de expulsar ruidosamente a una persona’, derivado del verbo explodere ‘expulsar ruidosamente’, golpeando las manos. Cicerón lo usó también con la denotación de ‘abuchear’, ‘rechazar’, ‘desaprobar ruidosamente’. Este verbo se derivó de plaudere ‘aplaudir’, ‘golpear’, ‘dar golpes con el pie en la danza’, ‘romper las olas al nadar’. Al anteponerle el prefijo ex- ‘hacia fuera’, se expresa la idea de ‘golpear hacia fuera’. Por extensión, se le atribuyó en español el sentido adicional de ‘estallar’ y, hacia fines del siglo XIX, surgió explosivo como nombre del artefacto que estalla.
Cabe precisar que explosión no guarda ninguna relación etimológica con explotar*, que significa ‘sacar provecho de algo’, como en la expresión la explotación del hombre por el hombre. En efecto, explotar, con la denotación de ‘hacer explosión’, fue considerado un barbarismo durante muchos años. Sin embargo, a partir de 1992 el Diccionario de la Academia, impulsado por el uso cada vez más común, incluyó el significado de ‘estallar’ como segunda acepción de explotar, pero siempre remitiendo a explosionar, que es la forma etimológica tradicional.
http://www.elcastellano.org/palabra/explosión