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- 2 Octubre 2005
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Hace unos 8 a 9 años, me aventuré a hacer algo que cualquier entusiasta tecnológico haría en algún momento de su vida: instalé una lámpara "inteligente" debido a mi pereza crónica y mi tendencia a olvidar apagar las luces. Desde entonces, han pasado los años y uno de mis proyectos más recientes fue nada menos que hackear una aspiradora robot para implementar automatizaciones complejas. Además, me embarqué en la emocionante tarea de construir mi propio reloj binario, un proyecto que me llevó cerca de 2 meses de dedicación y esfuerzo.
Los cuatro pilares que rigen mi enfoque
No digo que todos deban seguir mis pasos o terminar en la misma situación que yo, pero la verdad es que este apasionante hobby ha encantado mi vida y, a largo plazo, la ha hecho mucho más fácil. A lo largo de los años, he ido desarrollando un conjunto de requisitos mínimos que considero fundamentales y que sigo rigurosamente en mis proyectos actuales.Antes de siquiera comenzar un nuevo proyecto, debe cumplir con lo siguiente:
- Debe hacer mi vida más fácil y cómoda.
- Debe ser simple de entender.
- Debe tener control local; si no tiene esta capacidad, simplemente no sirve.
- Lo más importante de todo: no debe ser evidente que hay inteligencia detrás de su funcionamiento.
Facilitando mi vida y comodidad
La primera premisa se basa en el hecho de que cualquier automatización en mi hogar debe, en última instancia, ahorrarme tiempo. Tomemos el ejemplo clásico de abrir y cerrar cortinas: solía pasar mucho tiempo recorriendo la casa abriendo y cerrando cortinas todos los días. A veces, incluso con las luces encendidas, las cortinas seguían abiertas debido a la molestia de caminar arriba y abajo por toda la casa. Así que decidí tomar medidas al respecto y automatizar el sistema. Ahora, todo funciona de forma totalmente automática: ¿el sol se pone? Las cortinas se cierran. ¿Es hora de salir a la escuela? Se abren. ¿Son vacaciones o un domingo para relajarse? Bueno, las cortinas no se abrirán a menos que se lo ordene al Asistente de Google. ¿Se espera una temperatura superior a los 30 °C? Las cortinas permanecen cerradas en el lado donde el sol esté incidiendo durante el día: si el sol está en el este, se cierran las cortinas en esa dirección y se abren las del norte, y viceversa.
Si nos centramos en la comodidad, significa que si estoy viendo televisión, no tengo que levantarme para cerrar la cortina junto al televisor. Si la tele se enciende, la cortina baja automáticamente para evitar el deslumbramiento del sol en la pantalla. Dos objetivos alcanzados de una sola vez, y mi vida es mucho más cómoda.
K.I.S.S: Simpleza en la comprensión
La segunda premisa es igualmente importante para asegurar el éxito: cada implementación debe ser, en su esencia, algo simple de entender. No tiene sentido crear una unidad ultracompleja que controle todas las luces, regule el riego automático de las plantas y me prepare el café por las mañanas (estoy considerando seriamente hacerlo con mi máquina de espresso Gaggia, ¡le tengo echado el ojo!), porque al final, solo dedicaré tiempo a un proyecto que nunca alcanzará la perfección deseada. Es mucho mejor comenzar con proyectos que sé que puedo completar en un fin de semana, creando una prueba de concepto (PoC) para ver su viabilidad y, a partir de ahí, avanzar poco a poco e incorporar nuevos elementos a medida que adquiero conocimientos. Necesito tiempo para aprender los conceptos subyacentes y encontrar soluciones a los desafíos que se presentan.
Siendo metódico y disciplinado, desgloso los proyectos grandes en partes más pequeñas, implemento cada componente gradualmente y construyo sobre los resultados obtenidos. Así es como avanzo en mi camino.
Control local, mi preferencia personal
La tercera premisa es una fuerte preferencia mía, influenciada por mis años de experiencia en el campo de la informática. He aprendido que, detrás de las interfaces atractivas, se pueden recopilar cantidades alarmantes de datos. Por eso, prefiero tener control local en mis sistemas. Además de eso, me aseguro de que los costos de mantenimiento (en términos de tiempo) sean bajos en el largo plazo. La instalación inicial puede llevar más tiempo y ser más complicada en términos de configuración, pero tengo un control tan granular que resulta imposible de lograr con otros sistemas basados en la nube. De esta manera, puedo mantener un control constante de la humedad en el sótano, teniendo en cuenta no solo los niveles de humedad, sino también el punto de rocío exterior, la humedad relativa interior y las tendencias futuras para determinar el momento ideal para extraer aire o no, respetando siempre los límites de operación del dispositivo por hora. Como resultado, puedo mantener continuamente una humedad óptima de alrededor del 55% al 75%, ideal para conservar vinos de calidad (aunque, admito, ¡no tengo ninguno!).
La inteligencia en la sombra
La cuarta premisa es la más importante de todas: una persona ajena a mi hogar no debe notar siquiera que el interruptor que acaba de presionar tiene un componente de inteligencia detrás. Además, cualquier acción automática no debe resultar molesta en ningún sentido. La idea es que mi casa sea una ayuda en mi vida diaria, no una carga adicional.
Es fascinante todo lo que has compartido, ¿pero cómo lo haces realidad?
Bien, tengo que admitir que las cosas no fueron tan sencillas como las pinté desde el principio. Comencé como cualquier persona, de manera gradual y dependiendo completamente de la nube.
Como mencioné anteriormente, empecé con una bombilla WiFi. Si bien funcionaba bien, se desconectaba de la nube constantemente. Pasaron varios meses y, al final, dejé de utilizar la función inteligente de la bombilla porque resultaba más inconveniente que útil. Para poner las cosas en contexto, en ese momento ni siquiera existía el asistente de Google, y recién había salido al mercado el Chromecast V2. Lo único que hacía era encender la bombilla desde el interruptor. ¿Abrir una aplicación para encender o apagar una bombilla? ¡Por favor! ¿Quién tiene tiempo para eso? Además, la empresa que fabricaba la bombilla decidió descontinuar su funcionalidad en línea, por lo que ahora la bombilla es inútil, aunque esté enchufada.
Sin embargo, hubo algo que hice en casa y que marcó un gran avance y cambio en mi enfoque: tenía un ordenador antiguo con un disco duro que no utilizaba, y quería encontrar una forma sencilla de descargar películas y series sin tener que estar pendiente de los lanzamientos, la calidad o los subtítulos.
Así que hice lo mismo que mucha gente hizo en ese momento: instalé CouchPotato (el predecesor de Radarr, y de hecho, hice alguna contribución al proyecto), junto con Sick-Beard (el predecesor de Sonarr, al que también aporté mi granito de arena) y, por supuesto, Plex. Aunque Netflix se estaba volviendo popular, no tenía todas las series y películas que me gustaban, así que no me quedaba más remedio que descargarlas de otras fuentes.
La combinación de estos programas me hizo darme cuenta de que podía manejarlo todo localmente sin ningún problema o complicación. Incluso mejor, esta combinación de programas ha funcionado perfectamente durante años sin necesidad de intervención por mi parte. Esto me hizo preguntarme por qué no podía tener la misma libertad para decidir qué pueden hacer las bombillas en mi hogar, incluso cuando no hay conexión a internet.
A partir de ahí, comencé a experimentar poco a poco. Compré algunos componentes y empecé a explorar: ¿qué necesitaba exactamente para encender o apagar una bombilla? ¿Cómo debía realizar el cableado? ¿Cómo podía experimentar sin temor a sufrir una descarga eléctrica? Así fue como adquirí mi primera Raspberry Pi, un multímetro, un relé y algunos cables improvisados. Luego, adquirí un sensor de humedad y temperatura. Antes de darme cuenta, ya tenía mi primer circuito funcional en casa, específicamente en el sótano. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que podía realizar proyectos complejos que se adaptaran perfectamente a mis gustos y necesidades.
Lo bueno es que comencé con este proyecto como un pasatiempo que no afectaba al resto de la casa. Si el proyecto funcionaba o no, solo me afectaba a mí. Esto fue clave para aprender lo que estaba haciendo y tener la libertad de cometer errores sin consecuencias graves. Lo peor que podría pasar es que el sótano no mantuviera un nivel de humedad adecuado.
Aquí es donde reafirmo la importancia de no depender de la nube. Mi objetivo era que el sistema funcionara sin conexión a internet y sin depender de servicios externos. ¿Por qué? Porque quería tener control total sobre mi sistema y evitar problemas de privacidad. Además, tampoco quería depender de la estabilidad y disponibilidad de los servicios en línea. Si algo fallaba, no quería que mi casa se volviera loca o quedara a oscuras.
Conclusiones
En resumen, mi enfoque en la domótica se basa en hacer mi vida más fácil y cómoda, buscar la simplicidad en la comprensión, tener control local y mantener la inteligencia detrás de las automatizaciones en la sombra. Mi camino ha sido de aprendizaje constante, empezando con pequeños proyectos y avanzando gradualmente hacia implementaciones más complejas. A lo largo del tiempo, he adquirido conocimientos en electrónica, programación y sistemas de automatización, lo que me ha permitido personalizar y adaptar los proyectos a mis necesidades específicas.
La domótica es un campo apasionante y en constante evolución. Hay infinitas posibilidades y cada persona puede encontrar su propio enfoque y proyectos que le resulten interesantes y útiles. Si estás interesado en la domótica, te animo a que empieces con proyectos pequeños y vayas explorando y aprendiendo a medida que avanzas. ¡Diviértete y disfruta del proceso de hacer tu hogar más inteligente!
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