En enero del 2010 Rubin et al. publicó un seguimiento de su revisión original que incluía 15 experimentos hechos desde su última revisión original, trayendo un total de 46 experimentos de doble ciego y 1175 individuos que afirmaban hipersensibilidad. El estudio confirmaba los resultados del original, afirmando que "no se pueden encontrar pruebas sólidas" para apoyar la hipótesis de que la exposición electromagnética cause la hipersensibilidad electromagnética. La revisión también encontró que los estudios incluían el apoyo del papel del
efecto nocebo en el desencadenamiento de los síntomas agudos en aquellos con hipersensibilidad electromagnética.[SUP]
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En el 2008, otra revisión sistemática había llegado a la misma conclusión que Rubit et al.[SUP]
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Un informe del 2005 realizado por la Agencia de Protección de la Salud de
Reino Unido concluyó que la hipersensibilidad electromagnética necesita ser considerada de forma independiente a su etiología; es decir, el sufrimiento es real, a pesar de que la causa subyacente no esté relacionada con los campos electromagnéticos. También escribieron que teniendo en cuenta sólo la radiación electromagnética era el factor causante no se estaba cumpliendo las necesidades de los afectados, aunque es necesaria una investigación continuada de su etiología.
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