Nada tan grave para contar (al menos de lo que recuerdo ahora)...
Cuando tenía como 8 años y mi hermano 6, para navidad yo pedí un juego de química (simpre fui nerd) y bueno, me lo regalaron. Era la raja la wea, venía con mechero y caleta de elementos para hacer los experimentos. Yo los iba haciendo secuencialmente según el librito que traía, pero un día, mientras estábamos solos en la casa, con mi hermano se nos ocurrió inventar un "nuevo compuesto revolucionario"
, el cual básicamente consistió en echarle una cucharada de
TODAS las weas que traía el juego de química.
Lo pusimos en el mechero y la wea se veía la raja (los colores), además burbujeaba como en las películas. En ese momento mi hermano dice "va a empezar Robotech!!!" así que nos fuimos raja a la pieza de mis papás, donde teníamos la única tele.
Estábamos como a la mitad del capítulo, cuando se escucha el medio bombazo, con mi hermano vamos a ver y... el nuevo compuesto revolucionario estaba desparramado por toda la mesa y para peor... en el cielo de la casa. Era como si Pegajoso de los Cazafantasmas hubiese atravesado la wea. Mis papás ya iban a llegar, así que rajaos limpiamos la mesa, que costó harto, pero el cielo... ahh la wea, fue un verdadero parto, e igual quedó como la trichula.
A partir del día siguiente, cada vez que nos sentábamos a la mesa, con mi hermano le pedíamos a todas las deidades para que mis papás no levantaran la vista. Hasta que finalmente como 3 años después mi mamá mira para arriba y dice: "ooh y esa mancha tan horrible, ¿qué será?" con mi hermanos nos miramos y nos cagamos de la risa y les contamos. Como ya había pasado tanto tiempo mi mamá sólamente nos miró meneando la cabeza, como diciendo: por eso no se les puede dejar solos. Mi papá no dijo nada, pero sospecho que estaba pensando en correazos. Cuando nos fuimos de esa casa puteó harto porque tuvo que echarle varias manos de pintura para que desapareciera la mancha jajajaa.
Otra...
Una vez fui a la casa de un amigo y estaban haciendo un segundo piso. En ese momento sólo estaba hecha la losa del segundo piso, así que con mi amigo nos encaramamos igual y nos pusimos a jugar ahí, mirando hacia el mar y wea, era como torre de observación para nosotros. Estuvimos ahí puro weando hasta que se puso el sol y ahí yo le digo que me tengo que ir, y para terminar hicimos competencia a ver quién se tiraba y llegaba más lejos.
Se tira mi amigo primero y yo le digo "jajaja, te gano fácil". Me lanzo con el mayor impulso y en el trayecto siento que algo me peina. Cuando caigo al piso me doy cuenta que había pasado rozando uno de los cables de la ropa, que con la oscuridad no se veían. La cosa es que eran cables de acero pelado y más o menos delgados, o sea que estuve como a 10 centímetros más de que me agarrara el cuello y fijo que me lo rebanaba. Cuando llegué a la casa recién me vino el susto y me di cuenta de la que me había salvado jajaja.
Otra...
Cuando tenía como 10 años creo, daban una serie de TV sobre un ninja que hacía de las suyas (superhéroe) en la ciudad de NY o algo así. Yo alucinaba con la wea y me juraba ninja...
...de hecho tenía pasa montañas y guantes, y apenas terminó el capítulo, salí a jugar a la calle, vestido de ninja. Me subí a un árbol grande que estaba a dos casas de la mía y donde todos los cabros jugábamos a diario (parecíamos monos moviéndonos de rama en rama).
Me subo y me tiro para agarrarme de la típica rama horizontal con la que hacíamos piruetas todos los días y por ende, dominaba como un ingeniero domina una vil ecuación de primer grado. Lo que no consideré en la ecuación eso sí, es que con los guantes de lana, mi nivel de agarre se fue a la csm y apenas me tiro, salí cagando por el aire (fácil 3 metros de altura) y caigo de guata al suelo y me hice re cagar, quedando sin aire.
Como pude me paré y me fui corriendo desesperado a la casa, llorando porque seguía sin poder respirar. Mi papá estaba lavando el auto y entró corriendo detrás mío sin saber qué pasaba. Me tiré a mi cama y seguía revolcándome del dolor y ahí llegó mi mamá que me preguntaba desesperada qué me había pasado. Cuando recuperé el aire, les conté y después de pichulearme, mi mamá me levantó la polera y puta... tenía el medio raspón en el torax, como si me hubiese arañado un tigre (había caído arriba de unas piedras también jajaajja).
Cuento corto es que al año siguente en el colegio nos mandaron a todos a hacernos exámenes médicos básicos. Cuando la doctora me empezó a revisar, me dijo "¿qué te pasó ahí, te pegaste?". Yo le conté la historia y me dijo "te fracturaste la última costilla, mira cómo quedó el hueso" y chucha no me había dado cuenta que efectivamente tenía como un cacho que sobresalía en el lado derecho. Me dijo "tuviste suerte porque se quebró hacia afuera, si hubiese sido hacia adentro, te podrías haber perforado el pulmón y morir".
Demás está decir que en el trayecto de vuelta a la casa mi mamá me volvió a re pichulear.